Evangelio viernes 17 de noviembre

Viernes 17 de noviembre de 2023 | Alejandra Castelblanco

17 de noviembre del 2023

Santa Isabel de Hungría

Evangelio según san Lucas 17, 26-37

Viernes de la trigésima segunda semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán». Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?». Él les dijo: «Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"...el día en que se manifieste el Hijo del hombre"

Jesús parece decirnos: la vida tiene su rutina y está bien que así sea. Cada día sale el sol, y cada día se pone en el horizonte a la hora del descanso. Sin embargo, esta rutina puede hacerlos olvidar el estar alertas, el preocuparse de lo que realmente importa: la conversión. Unos más otros menos, deben reflexionar y dar sentido a sus vidas para estar listos el día en que se manifieste el Hijo del hombre. No los estoy asustando los estoy haciendo ver que el camino del Reino está en la tierra y no quiero que pierdan el tiempo, quiero que encuentren la felicidad plena que solo da el Padre.

El sentido de vida transitoria, o que solo vivimos unos pocos años, cuesta asimilarlo. Hacemos proyectos, vivimos pensando en qué haremos después. Estas palabras asustan, por un lado, pero por otro, hacen que uno se ubique, que priorice, que meta a Cristo en cada acción del día, para estar seguros de que lo que hacemos tiene un sentido. Creo que la invitación es a no llenarse de nuevas acciones sino más bien que lo que toque hacer cada día, sea una oportunidad de construir el Reino de Dios. Derrochar alegría, optimismo, esperanza...en otras palabras, llevar a Cristo a mi día a día.

Querido Señor: quiero vivir con un pie en la tierra y el otro en el cielo, para no desubicarme para darle la justa importancia que tiene cada cosa. Hazme vivir de acuerdo a mi Ideal Personal, haz que lo trabaje integrando mi realidad natural, espiritual y material para ser armónica y fecunda. Que la llegada de tu madre a nuestra tierra me haga mirar la profundidad y sabiduría con que Ella vivió la vida, siempre consciente que la vida por la que hay que trabajar no es esta sino la Vida Eterna en el Reino de los Cielos.

AMÉN

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