Evangelio miércoles 12 de julio

Miércoles 12 de julio de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

12 de Julio del 2023

Evangelio según San Mateo capítulo 10, 1 - 7

Miércoles de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó. A estos doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. "Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berrío

"Les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia"

Siento como si el Señor me dijera "todo quien quiera ser mi discípulo, y tenga la fe de un verdadero discípulo, tendrá el poder de hacer grandes cosas, ya que el Espíritu Santo estará con él, y obrará a través suyo. Por eso, pídele a tu Padre de los cielos que te conceda tener esa fe inquebrantable y confiada, esa que logra superar los límites que te pones dentro de tu razonamiento humano, dentro de tus criterios de lo que es justo, y que se abre a la acción divina, que es fecunda y creadora.

Me cuesta tanto abandonarme realmente en las manos de Dios y creer que Él lleva las riendas de mi vida, que prefiero seguir viviendo según mi propia forma de ver las cosas, aunque sé que esa forma es limitada, muchas veces egoísta, y esclava de muchas falsas seguridades. Hoy el Señor me recuerda que todo lo que tengo es un don suyo: si tengo algo de fe, es porque Él me llama, no por mérito mío. Y la única manera de crecer en la fe es pedirla, darle un lugar dentro de mi vida, dejando de lado las pequeñeces y preocupaciones vanas para concentrarme solamente en lo que viene de Dios.

Señor, te doy gracias porque a pesar de todas mis debilidades, miedos e infidelidades, me sigues invitando a permanecer en Ti. Dame la humildad para no olvidar nunca que si creo en Ti no es porque soy especialmente "bueno", sino porque Tú me has llamado desde siempre y no me sueltas. Que esta certeza de mi pequeñez me recuerde que te necesito para ser feliz y para que mis acciones sean fecundas, que ayuden a construir tu Reino en el mundo, aunque yo mismo no me dé cuenta ni pueda ver sus frutos. Dame la fe para ser tu discípulo y liberarme de todo lo que me ata y me impide acercarme a Ti.

AMÉN

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