Evangelio martes 7 de noviembre

Martes 7 de noviembre de 2023 | Juan Enrique Coeymans

7 de noviembre del 2023

Evangelio según San Lucas 14, 12-14

Martes de la trigésima primera semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: "Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios". Entonces Jesús le dijo: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: 'Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes'. Otro le dijo: 'Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes'. Y otro más le dijo: 'Acabo de casarme y por eso no puedo ir'. Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: 'Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos'. Cuando regresó el criado, le dijo: 'Señor, hice lo que me ordenaste, y todavía hay lugar'. Entonces el amo respondió: 'Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete' ".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

'Vengan, todo está preparado'

Pareciera que el Señor Jesús nos dijera: el Reino de los cielos y la vivencia de ese Reino las he predicado y revelado como un banquete, un estar juntos como hermanos en mi compañía. Los he invitado a todos los posibles, pero curiosamente se excusaron y así sucesivamente los siguientes invitados. Esa explicación era para los judíos de mi tiempo en la tierra, pero es también para ustedes en este tiempo. Ustedes son los invitados que se excusan, que no le dan importancia a la invitación que les hago y se pierden la vida eterna aunque el banquete estaba preparado.

He recibido muchas veces la gracia de sentirme invitado por el Señor, pero en ocasiones por mi superficialidad me olvido de esa invitación. Mi tarea es recordar todos los días que el Señor me está esperando, y que al menor atisbo de invitación debo aceptar. Aceptar la invitación que con tanta bondad y misericordia el Señor me está haciendo. Puedo caer si no tomo en serio las invitaciones del Señor. Mi tarea es estar alerta siempre y no olvidar nunca que el Señor me espera y quiere estar conmigo y que debo aceptar siempre las invitaciones suyas.

Querido Señor Jesús. Bendito y alabado seas siempre. Con superficialidad recibo algunas veces las invitaciones tuyas para compartir tu compañía. Te pido perdón por las veces en que he caído en la flaqueza de disculparme olvidando tus cariñosas invitaciones. Líbrame, Señor de tomar con ligereza tus convites, porque no hay nada más grande y hermoso que estar cerca tuyo y alegrarnos en tu cercanía. Bendito y alabado seas siempre mi Señor y mi Dios. Llena mi corazón de deseos de estar contigo y líbrame de olvidar tus invitaciones.

AMÉN

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