Evangelio lunes 8 de enero

Lunes 8 de enero de 2024 | Bernardita Marín Paul

8 de enero de 2024

Evangelio según San Marcos capítulo 1, 14-20

Lunes de la primera semana del Tiempo Ordinario

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Meditación de Bernardita Marín Paúl

«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Creo que el Señor me quiere decir, en el Camino de Salvación voy llamando a hombres y mujeres, es un llamado único y personal, en donde prometo que encontrarás, el sentido de tu vida y entenderás la razón de existir. A todos los llamo, pero no todos responden, les doy libertad y mi amor incondicional. Tendrás, con tu consentimiento, la satisfacción de conocerme y de que otros me vean a través tuyo. No te dejaré nunca sola, sentirás mi compañía y apoyo. Para seguirme, solo necesitas, una tremenda capacidad de amar, ese es el gran motor que te lleva a entregarte, para que otros también me conozcan. Respeto, los tiempos; los hice libres para que usen bien esa libertad.
Qué grande es que nuestro Señor, desea comunicarse conmigo. Él, que nada necesita y quiere hacerme participar de su obra. Yo no soy nadie para que el Señor me elija, pero me llamó, así lo siento y vivo. Llamado desde la adolescencia, que me hizo comprender el gran amor que me tenía mi Creador, me sentí única, especial y llamada personalmente. Con el tiempo, el Señor sigue revelándose, debo ser perseverante, porque con el paso del tiempo y lo rápido de la vida, mi respuesta se ha ido debilitando.

Agradezco el tremendo Espíritu que me regala el Señor y pido no desfallecer, el tiempo corre, pasa y lo debilita. Deseo ser de Dios y atreverme a dejarlo todo por Él, quiero no tener límites en la entrega, pero debo decir que me asusta. Acostumbrada siempre a protegerme y calcularlo todo. Gracias mi Señor por la comunicación continua. Hazme digna de ser tu discípula. Que así sea.

AMÉN

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