Evangelio lunes 20 de noviembre

Lunes 20 de noviembre de 2023 | Bernardita Marín Paul

20 de noviembre del 2023

Evangelio según san Lucas 18, 35-43

Lunes de la trigésima tercera semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa Jesús Nazareno.» Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!» Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» Él dijo: «Señor, que vea otra vez.» Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.» En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Meditación Bernardita Marín Paúl

"Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!"

Creo que el Señor me quiere decir: "te necesito aquí y ahora, con una vida fuerte, en el espíritu. Sientes que la carga es pesada, que no logras estar en paz, ¿que los requerimientos son muchos? Busca la quietud del corazón, en donde se está tranquilo y no se necesita nada más que mi presencia. No quieras estar en todo, suelta, suelta tu vida de familia, tu relación con tus amigas, el trabajar y el ser eficiente siempre. Te doy a beber esa agua que calma la sed, ese Espíritu que inunda. Maneja tu mente y permítele descansar en Mí."

Me es dificil manejar mi ansiedad y urgencia en todo, me gusta planificar, trabajar y moverme mucho, de lo contrario, siento que estoy en un vacío de no hacer nada productivo. Creo que es el mal de estos tiempos, "la urgencia". ¿Cómo manejar tantos frentes?, dejándose llevar solamente por Dios y sus designios, la Divina Providencia, es una práctica, y devoción, que deseo conocer y necesito practicar urgentemente. Confianza en los caminos de Dios, saber que está siempre presente, guiando y por sobre todo acompañando.

Señor clamo tu presencia fuerte en mi vida. Muchas veces, me siento sola y la carga se me hace pesada. Actúa en mí, transformándome, dame tu paz. Madre Santa, enséñame a contener, con equilibrio, a esforzarme con sentido y saber en dónde poner mis fuerzas. Tú que cobijaste, amaste. Oriéntame para lograr que los que me rodean se sientan amados, apoyados y te reconozcan como Madre Salvadora. Que así sea.

AMÉN

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