Evangelio lunes 14 de noviembre

Domingo 13 de noviembre de 2022 | Bernardita Marín Paul

14 DE NOVIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 18, 35 - 43

Lunes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!".
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". "Señor, que yo vea otra vez". Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado". En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

Meditación de Bernardita Marín Paul.

"un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna."

Creo que el Señor me quiere decir: Sé que muchas veces te sientes al borde del camino y que nadie te ve, tienes tantas energías y ganas de estar, acompañar a muchos, y no encuentras tu camino. Cuando estés así sal, llámame grita, que yo voy a salir a tu encuentro, estaré ahí para oírte y aliviarte y te sientas querida, amada y útil, busca en mí el refugio que necesitas para sanar tu mente y tu cuerpo. Yo veo lo que sientes y te pregunto, ¿qué quieres que haga por ti? Estoy para regocijar tu espíritu

Cuando me siento mal, desvalida o sola, trato de salir de esas por las mías, sola, sin pedir ayuda. Sin reparar que mi Señor está ahí, al otro lado del camino, para oírme, ayudarme y sanarme. El me entrega un amor perfecto, que me llena. Que no se me olvide nunca, que Él está ahí para acurrucarme, quererme y acompañarme. Me devuelve la esperanza y me hace sentirme útil y vista por el que más importa, que es mi Señor, y Salvador de mi vida y de todos los seres humanos.

Señor quiero poder gritar, que te necesito, Tú que me preguntas, ¿qué puedo hacer por ti? Necesito confianza, para poder hacer todo lo tú me pides, necesito sentirme fuerte y amada en el Espíritu. Dame esas seguridades para fortalecerme y sanarme. Gracias por conocer mi debilidad, humanidad frágil y recuperar en mi la confianza plena de que Tú estás conmigo y con todos los que sufren. Que la ceguedad del alma, la sanes Tu mi Señor. Bendito seas siempre. Que así sea

AMÉN

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