Evangelio domingo 13 de noviembre

Sábado 12 de noviembre de 2022 | Juan Enrique Coeymans

13 de NOVIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 21, 5 - 19

Domingo Trigésimo Tercero del Tiempo Ordinario

Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: "De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido". Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?". Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin". Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo." Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Gracias a la constancia salvarán sus vidas

Es como si Jesús me dijera: "Esto de la constancia, esto que llevas trabajando, esto que se te aparece una y otra vez tanto en la oración como en la vida diaria, es lo que yo te pido que sigas profundizando. Constancia. Desapego. Serenidad. Esperanza. Y no desesperes ante tu cansancio porque hay salida: ¡hay redención y hay resurrección! ¡hay una habitación esperándote en la casa de tu Padre! Y yo quiero que lo sepas. Ahora, en lo que vives ahora, pareciera que todo se acaba y no hay esperanza. No desesperes. Persevera. Abraza tu cruz. Abraza tu sombra. Abraza tu miedo. Entra al frío. Y ya va a pasar."

Cuando leo este texto apocalíptico y terrible y lo medito, siento que ya no puedo más. Mi primera reacción es sentirme agotado. ¿Dónde están el yugo llevadero y la carga liviana que prometió Jesús? Pareciera que estoy a punto de perder la esperanza., Jesús habla de una sabiduría especial que los adversarios no van a poder contradecir: quiero descansar y tener esperanza. Y desde ahí uso mi poder personal: decido. Decido despertar en mí la constancia. Confiar y esperar es una decisión. Decido confiar que hay sentido en esto. Decido, nuevamente, darle un cheque en blanco a Dios y descansar en la Alianza que sellé con María.

¡Jesús! Ayúdame. Estoy cansado y necesito voluntad. Necesito fuerza. No me dejes. Que no pierda mi fe. Que no pierda mi esperanza. Sostenme. Dame la perseverancia que siento que no tengo. Dame la constancia que siento que se va a acabar. Muéstrame que tu yugo es llevadero. Toma tú mi carga. Y regálame ver mi propia vida con más gratitud y más esperanza que la que estoy viendo hoy día. Porque me está costando y necesito un empuje. Muéstrame los regalos que tú me das. Enséñame la gratitud

AMÉN

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