Palabras que sacuden el alma

Quiero recordar a los buenos maestros. Esos hombres y mujeres que saben entregarse al otro como el "Buen Pastor" nunca podrán imaginar cuanto influyen sus palabras en gente como tú y como yo. Frases que probablemente se queden en nosotros para toda la vida; y no solo en la memoria, sino en el corazón.

Sábado 17 de octubre de 2015 | Lucía Zamora

Existen personas difíciles de olvidar, las recordamos no solo por su conocimiento, sino por aquellas palabras y gestos de cariño que se quedaron en nosotros. Recuerdo muy bien a mi Maestra de dibujo de la Universidad. Una mujer extraordinaria... culta, agradable y llena de pasión por su trabajo. Tengo muy presente, ese gesto muy a su manera, de hacer sentir a sus alumnos tan importantes, como para darnos el valor de expresar sin miedo, todo aquello que viene del corazón. Qué decir de mi buen Profesor de filosofía. Un hombre con una sabiduría tan ordinaria y extraordinaria a la vez, que a la luz del mundo, disfrutaba cada instante de su vida, con todo y lo que ella le ofrecía.
Tengo recuerdos de algunos Profesores, sin embargo, las materias de dibujo y filosofía a cargo de estos dos personajes tan peculiares y llenos de Dios, dejaron en mi, esa inquietud de expresar y comunicar con amor, ética y valor lo que se me encomendaría a lo largo de la vida. Es algo así como .... vivir y heredar la misión.
Maestros en la vida hay muchos, algunos los encontramos en las aulas y a otros en el camino de nuestra existencia; sin embargo, no todos ven en el otro, esos cinco minutos de esfuerzo; son pocos los que caminan al lado de uno, sin hacernos sentir pequeños, y qué decir... de los que hacen suyos nuestros sentimientos, y ofrecen esa mirada de amor y misericordia. Ellos son gente entre la gente, y brillan en su pequeñez, por su humildad y sabiduría, y no por su aparente grandeza. Personas como estas, son las que dan vida al mundo, las que se la juegan por cosas que valen la pena, y realizan actos extraordinarios cuando nadie las ve.
Estos hombres y mujeres que saben entregarse al otro como el "Buen Pastor" nunca podrán imaginar cuanto influyen sus palabras en gente como tú y como yo. Frases que probablemente se queden en nosotros para toda la vida; y no solo en la memoria, sino en el corazón, el cual impulsará al cuerpo a realizar lo inimaginable. No es otra cosa que el mismo Espíritu Santo que actúa, tanto en ellos, como en nosotros, los cuales también estamos llamados a dejar una huella en la memoria de los demás.
El Papa Francisco, es de estos hombres, de los que se muestra al mundo así... como es, sencillo, sin poses, y con un vocabulario del mundo; no usa palabras sofisticadas ni nada por el estilo. Esto lo hace confiable, transparente y con un gran corazón. Sabe hacer del Evangelio, un poema de amor hacia un pueblo necesitado de fe y esperanza. Ahora que estuvo en los Estados Unidos, hablo con tanta fuerza y sabiduría, que dejo lágrimas en el más insensible y consoló al peligroso e indefenso reo, con un hermoso texto de misericordia.
Así como los maestros, las lecciones no siempre vienen del colegio, ni de los libros, ni de algún curso de liderazgo; llegan de la vida misma. Francisco, ha dedicado gran parte de su existencia, a escuchar con el corazón, las voces del mundo. Esto lo convierte en un hombre fuera de serie. Si nos damos cuenta, sus discursos no hablan de fórmulas, de guías, ni de reglamentos; simplemente acompañan el sentir de la humanidad, en frases tan sencillas como: "voy a hablar en español porque no sé hablar inglés" "yo también camino en el polvo" y una que me gusto mucho..."canten a Dios y... dejen que caigan sus lágrimas". Así de simple... sin más.
Hombres como él, solo se hacen en los caminos de la vida... caminos pedregosos, donde se aprende a acompañar al hermano en su angustia, en las tempestades. Donde la enfermedad puede alcanzar al más sano, solo por acompañar al débil. Qué razón tiene la frase de nuestro P. Kentenich: "Primero ser hombre, luego cristiano para después ser verdaderamente hombre".
Cuántos de nosotros tenemos en nuestro corazón palabras que nos sacudieron el alma para volvernos a levantar, o sencillas frases que nos regalaron la fortaleza y valentía para encarar al mundo. Tal vez no sean muchas, pero esa...la que estas recordando, la que has hecho tuya más de una vez, ¡compártela! y haz honor a quien honor merece... a quien te la regalo.

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