Guadalupe..."Rio de Amor"

El nombre de Juan significa "Dios es misericordioso o Dios ha perdonado" tal vez por esa razón, Juan se encuentra en momentos importantes dentro de la historia de la Iglesia, pues ese mismo día, el 12 de diciembre, María se presenta ante Juan Bernardino, tío de Juan Diego y a él le manifiesta su deseo de ser llamada "La siempre Virgen Santa María de Guadalupe".

Sábado 12 de diciembre de 2015 | Lucía Zamora

En la cuarta y última aparición de la Virgen a Juan Diego, le dice: -subirás al cerrillo donde nos vimos por primera vez, te encontrarás unas flores; córtalas y tráelas en mi presencia. Él sube y se encuentra con unas hermosas flores llenas de color y con un aroma extraordinario. Las pone en su "tilma" y se las entrega a la Virgen.
Para las culturas prehispánicas las flores representaban la verdad. Pues son de la tierra y todo lo que viene de ella, tiene raíz, arraigo y fundamento. Por eso, cuando enviaban un mensaje, lo hacían con un hermoso ramo, el cual validaba la palabra del mensajero.

Ahora podemos comprender porque nuestra "muchachita" eligió como señal las hermosas rosas de castilla; flores que no eran de la temporada, sin embargo, Ella las ofrece a la humanidad con el aroma del amor y de la misericordia, manifestando la verdad absoluta; la verdad que viene del " verdadero Dios por quien se vive" "del Creador de las personas" "del Dueño de la cercanía y de la inmediación" "del Dueño del cielo y de la tierra".

Juan Diego ofrece las flores a la Virgen, y Ella suavemente las coloca en la sencilla y humilde tilma; en este grueso manto de ixtle que para un macehual era su dignidad, su sustento y su abrigo; en una palabra, era todo su "ser". Qué bonito saber que María dejo "la verdad de su mensaje, en la persona de Juan Diego" en el "El águila que habla". Este acto tan hermoso de amor y confianza, es una Alianza entre el cielo y la tierra, entre el hombre y Dios, y entre un hijo y su Madre. Es así, como encontramos nuevamente a Jesús diciendo: -Madre ahí tienes a tu hijo, Juan ahí tienes a tu Madre. Ahora desde el seno de la Santísima Virgen y no desde la cruz. Los encontramos en un valle y no en el Gólgota; en la alegría de la llegada de un nuevo amanecer y no en la tristeza de la crueldad humana.

El nombre de Juan significa "Dios es misericordioso o Dios ha perdonado" tal vez por esa razón, Juan se encuentra en momentos importantes dentro de la historia de la Iglesia, pues ese mismo día, el 12 de diciembre, María se presenta ante Juan Bernardino, tío de Juan Diego y a él le manifiesta su deseo de ser llamada "La siempre Virgen Santa María de Guadalupe". Se preguntarán: ¿Por qué a él le da esta encomienda?... Porque para los aztecas un anciano era un hombre sabio, su palabra tenía raíz y sabiduría; se consideraba importante, verdadera y profunda. Nuestra Madre, conocía muy bien su cultura, y quiso hablarle a un pueblo hundido en la tristeza, a través de sus signos y costumbres, regresando la fe y la esperanza que aquel dios "Ometeolt" les había arrebatado.

Finalmente, el 12 de diciembre de 1531, otro pequeño Juan aparece en la historia...Fray Juan de Zumárraga, aquel a quien María eligió para que presenciara la estampación de su imagen; aquel, que con lágrimas en los ojos, le quita delicadamente la tilma a Juan Diego para colocarla en su oratorio. Nuevamente Juan esta junto a María como testigo de un nuevo comienzo, pero no bajo la Cruz presenciando la muerte del Hijo de Dios, ahora solo se encuentra ante la mirada llena de amor de una madre, que trae consigo al Salvador en su vientre. Testigo de un nuevo comienzo, de una nueva era. La era del "Nahui-Ollin" (movimiento) la cual temían fuera destruida por un terremoto, sin embargo, fue el inicio de un nuevo sol, porque en este humilde lienzo, se encuentra de espaldas a él nuestra hermosa Virgen María, opacando su brillo con su belleza, y al mismo tiempo regalando su luz a esos hermosos colores que solo los nobles podían lucir.

Guadalupe, con un lindo rostro mestizo, con la dulzura de su mirada y la frescura de su piel, nos dice que Ella es la primer mujer mexicana. No es española, ni indígena...es ¡mestiza! y luce como una pequeña niña de algunos 18 años, y en 1531 no existían mestizos de esta edad. En aquellos días el mestizaje con los españoles se daba a la fuerza, pero cuando María se presenta con este rostro tan hermoso y sublime, los indígenas terminan aceptándolo.

En la imagen de la Santísima Virgen, encontramos un listón morado atado sobre su vientre abultado; un detalle, que según las culturas prehispánicas, les muestra a una mujer "en cinta" o embarazada. Pero lo más hermoso de todo esto, es que en su vestido, justo bajo el listón, se encuentra una pequeña flor de cuatro pétalos... la "Nahui-Ollin" un símbolo muy importante, el más importante del códice, pues este representa los cuatro puntos cardinales, las cuatros estaciones, los cuatro elementos y las cuatro épocas pasadas. En el centro tiene un disco que representa el sol. En el vientre de María el Sol verdadero es Jesús, y ahí está Él, en esa pequeña y única flor que aparece en su majestuoso vestido rosado.

También la vemos con su pelo lacio, peinado hacia abajo, como las vírgenes aztecas acostumbraban y con su rodilla un poco flexionada, descubriendo de esta manera su delicado pie. Se encuentra flexionada porque Ella se presenta ante un indio...¡danzando! tal como lo hacían los indígenas para adorar a sus dioses (lo siguen haciendo en México). Guadalupe con la humildad en el corazón se muestra igual que ellos ....¡adorando a su Hijo!

Qué maravilla encontrar tantas coincidencias divinas en esta hermosa imagen. Es extraordinario ver, de que manera el nombre de Juan predomina en esta hermosa historia; historia que no termina en 1531, pues en 1990 Juan Diego fue beatificado por San Juan Pablo II y en el 2002 canonizado por el mismo Papa.

"Río de Amor" es el significado de "Guadalupe" y "Dios es misericordioso o Dios ha perdonado" el de "Juan". Que grandioso es "el verdadero Dios por quien se vive" " el Creador de las personas" "el Dueño de la cercanía y de la inmediación" "el Dueño del cielo y de la tierra" que nos regalos estos dos nombres entrelazados, para hacernos saber cuánto nos ama y cuanto desea que nos acerquemos a Él para ofrecernos su grandiosa misericordia.

Miremos con el corazón, este hermoso mensaje que regreso la fe y la esperanza al mundo, para poder continuar sin necesidad de ofrecer corazones humanos, porque Él ya dio el suyo a cambio del nuestro. Ahora existe un nuevo Sol que no depende de la sangre derramada de los hombres, pues Jesús ya pago el precio de este nuevo amanecer. Hagamos de nuestro corazón ese cause de amor y misericordia, tal como Juan y Guadalupe lo han hecho desde ese 9 de diciembre.

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