Evangelio viernes 18 de septiembre

Viernes 18 de septiembre de 2020

18 de SEPTIEMBRE de 2020

Evangelio según San Lucas capítulo 8, 1 - 3

Viernes de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Día Nacional de Chile

Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.

Meditación de nuestro equipo.

Jesús parece que dice: mi misión fue dada por el Padre, anunciar la Buena Noticia. Ustedes también tienen esa misión, sin embargo, la forma de transmitirla es propia de cada persona, aunque siempre de dos en dos.. La Buena Noticia transforma la vida del hombre. Mi sacrificio en la cruz abrió las puertas del cielo. Esa esperanza de una vida plena después de la vida terrenal es la gran Noticia de un Reino, cuyo Rey no llama súbditos a los que lo rodean, ni se sienta en un trono lejano. Nuestro Rey es un Padre amoroso que nos llama hijos y vive dentro de cada uno.

No es tan fácil escuchar buenas noticias. En el diario o en la televisión nos muestran más tragedias que alegrías. Quizás por eso me cuesta reconocer que esta Buena Noticia, me tiene que tocar el alma. Hoy hablaba con mi hija acerca del Ideal Personal. Descubrirlo me ha traído una dimensión más profunda de la verdadera felicidad. Creo que transmitir la Buena Noticia en mi originalidad, está arraigado a mi Ideal Personal y me interpela a anunciar cual es la verdadera felicidad. Quiero permanecer fiel a mi misión y para hacerlo, creo que debo seguir desarrollando y desplegando mi Ideal Personal.

Querido Señor: mil gracias por regalarme mi Ideal Personal. Gracias por haberme motivado a descubrirlo, a fijarme, con una visión del alma, qué elemento de la naturaleza, me identifica y me hace ser más plena para llevar la Buena Noticia donde quieras que vaya. Gracias por María, que con su ideal de Madre tuya y de todos nosotros, nos alienta a imitarla y así desplegar todos nuestros talentos al servicio de la Buena Noticia que trae esperanza de una vida de felicidad plena en la casa del Padre.

AMÉN

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