Evangelio lunes 6 de julio

Lunes 6 de julio de 2020

6 de JULIO del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 9, 18 - 26

Lunes de la Décima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá".
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada". Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: "Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región.

Meditación de nuestro equipo.

"Él entró"

Jesús me dice: si me lo permites, quiero entrar en tu corazón. No quiero hacerlo de forma autoritaria ni dominante. Espero a que tu abra tus puertas, y que quieras recibirme. Observa cómo salvé a la hija del jefe. Pudiendo hacerlo desde la distancia, quise ir a su casa, tomarla de la mano y sanarla. Quise ir al lugar en el que ella se encontraba, y desde su propia realidad, entregarle la vida. No te pido que hagas cosas extraordinarias en Mi Nombre. Te pido que me invites a tu casa, a tu realidad, y a tus pequeñas batallas del día a día. Quiero ser parte de tu realidad cotidiana, y que desde ahí florezca la Vida.

La lectura me hace recordar un libro que leí, llamado "Si tú me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven". Jesús está esperando para entrar en mi vida, muere de ganas de hacerlo, pero respeta mis tiempos y procesos. Me espera como un Padre paciente, buscando que sea yo quien lo invite a mi casa. No me pide ir a ningún lado, sino que es Él quien viene hacia Mí.
Quiero decirle que venga, que lo invito a mi realidad. Me sorprende que Dios quiera ser parte de una realidad tan simple y sencilla, pero me alivia saber que es aquí en donde quiere vivir.

Señor, ven a mi vida. Entra en mi casa, toma mi mano y ayúdame a renacer. A veces mi corazón se cansa de la rutina, pero tú haces nuevas todas las cosas. Te pido que habites en mi corazón, y que seas parte de todo lo que hago. Gracias por buscarme siempre, con tanta suavidad y paciencia. Quiero hacerte partícipe de mis alegrías, de mis sueños y de mis miedos. Quiero presentarte a quienes me rodean, e invitarte a ser parte de cada conversación y acción que haga. Ven Señor, que mi corazón te busca.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000