Evangelio lunes 25 de mayo

Lunes 25 de mayo de 2020

25 de MAYO de 2014

Evangelio según San Juan, capítulo 16, 29 - 33.

Lunes de la Séptima Semana de Pascua

Sus discípulos le dijeron: "Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios".
Jesús les respondió: "¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo".

Meditación de nuestro equipo.

...tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas.

Jesús nos dice: Ahora que han estado conmigo más tiempo comprenden mejor mi mensaje. Si, vengo de Dios y voy hacia Dios. Estaré cerca de Uds. ya que no será fácil el camino que les queda en este mundo por recorrer. No se pregunten por qué, sino que sepan que estaré a su lado aun cuando Uds. no sepan el uno del otro. Les pido fortaleza y ánimo para que dejen mi huella donde vayan. No teman, porque, aunque se sientan solos les prometí estar siempre con Uds.

Cuantas veces sin comprender el plan de Dios me pregunto por qué pasa esto o aquello. La pregunta debe ser para qué y la respuesta la tendré el día que me vaya de esta tierra. Jesús me habla fácil para que desde mi pequeñez comprenda su mensaje. Jesús me pide que encuentre paz en Él y que no tema a las preocupaciones diarias. No estoy sola, tengo a Jesús a mi lado. Me habla de luchas diarias, esas que agobian y angustian, que invalidan el alma, es ahí cuando tiene que salir toda mi fe, toda mi confianza en mi alianza con la Mater y aceptar con valentía y fuerza lo que estoy viviendo porque todo tiene sentido.

Señor Jesús, te pido perdón por todas las veces que no he entendido tu mensaje, por todas las dudas que abundan en mi mente, por ser tan dispersa en mi vida diaria. Tú que venciste al mundo, Jesús, me das la fuerza para seguir adelante con lo que me toca vivir día a día. Quiero encontrarte siempre sin preguntarme si estás a mi lado. Quiero testificar que tú existes y que nos has dejado un legado de amor entre nosotros y que ese amor nos salvará. Quiero ver tu rostro, Señor, en mis cercanos y servirte sin un por qué sino que solo para quererte infinitamente y poder encontrarme contigo ahora y siempre.

AMÉN

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