Evangelio jueves 25 de febrero

Jueves 25 de febrero de 2021 | Sebastián Castaño

25 de FEBRERO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 7, 7 - 12

Jueves de la Primera Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan! Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá

Jesús parece decirme: tu Padre, que está en el cielo, es atento con tus oraciones y quiere entregarte lo que tú realmente necesitas; porque es un Padre que te ama, que te conoce y que es misericordioso contigo. Reza con confianza y humildad; escuchando lo profundo de tu corazón y pide a Dios eso que realmente crees necesitas; hazlo con fe y con esperanza. No te quedes callado ante el Padre, no dejes de buscarlo, ni dejes de llamar a su puerta con insistencia. Y todo lo que pidas y recibas del Padre compártelo, es decir, ama a quienes están cerca tuyo.

Jesús me presenta a Dios Padre como un Papá bueno que me ama y que sólo quiere darme cosas verdaderamente buenas para mí. Además, me da la certeza de que el Padre siempre me escucha. Ante esta clara aclaración, ¿busco lo suficiente, pido lo suficiente, llamo lo suficiente? Nunca sería lo suficiente. Querría ser un hijo con más comunicación y cultivar más el cariño con Dios Padre. Siento que la vida llena de distracciones y actividades, e incluso el sentirse con cierta estabilidad o sin grandes sufrimientos, me hacen olvidar a Dios y que tengo que ser un permanente necesitado de su amor.

Querido Señor, dame un corazón de niño para saber esperar todo de ti con plena confianza. Ayúdame a rezar sin egoísmo y con la humildad para reconocer lo que en definitiva tu quieres de mí. Sé que me escuchas todo el tiempo; pero no dejes que mi corazón sea indiferente ante tu fiel amor de Padre. Sé que debo pedirte más, buscarte más y llamar más a tu puerta. No dejes Señor que me aleje de ti en ninguna circunstancia. Y que por la intersección de María pueda anhelar siempre recibir tus regalos y ser generoso en compartirlos.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000