Es que nadie me ha enseñado a ser padre…

          Es que nadie me ha enseñado a ser padre…Una excelente meditación acerca de lo que implica ser padres, y sobre por qué requiere de una formación más profunda para asumirlo responsablemente.    

| Rafael Mascayano Medo Rafael Mascayano Medo

Esta frase es mucho más común de lo que parece, y se esgrime con mucha facilidad ante la primera dificultad que se presenta ante un problema con un hijo.

En este argumento se esconde un problema realmente serio: el negarse a que una “empresa” con la familia también requiere de “emprendimiento”, de una actitud de “aprender a aprender” en la tarea de ser papá o mamá y negarse a que esta actividad también requiere estudio, diálogo y mucha, mucha preparación.

Si deseo ser profesor, no puedo argumentar la frase “es que nadie me ha enseñado a…”, sino que me pongo en acción, busco un lugar donde formarme como tal, coloco lo mejor de mí para aprender a ser “el mejor profesor” o la actividad que desee lograr. Miro hacia un objetivo y pongo en acción todo lo que esté a mi alcance para lograrlo y cuando he terminado mi carrera, sé que debo seguir formándome durante toda mi vida. No puedo hoy en día argumentar “es que esto no me lo enseñaron en la Universidad”, ya que sé que ante una realidad tan cambiante como la que vivimos la universidad nos dio las herramientas básicas, pero el resto es parte importante de “mi” responsabilidad profesional.

La tarea de ser padre o madre, es una empresa que también requiere estudio, preparación, formación. Sin embargo desgraciadamente asumimos (una buena mayoría) una actitud pasiva, dependiente, y alegando porqué otros no vienen hasta mí para “enseñarme” a ser padre o madre. “Es la responsabilidad de otros” si logro o no ser buen o mal padre o madre, y ante esta actitud es muy difícil que una persona aprenda real y efectivamente algo tan serio como ser “competente” en este rol.

En palabras actuales, podríamos decir que es necesario “profesionalizar” la actividad de ser padre o madre y asumirla tan seriamente como nos preparamos para aprender un idioma extranjero, un Diplomado, un Post Grado, u otra actividad que nos importe.

Si estoy en un cargo o una actividad profesional, sé que debo perfeccionarme día a día, mientras que ser padre o madre es una tarea que la “Escuela, Liceo o Colegio” les corresponden enseñarme. Y si no lo hacen, obviamente critico en forma ácida el que no están cumpliendo la tarea por la cual les pagamos.  Hay una actitud pasiva muy generalizada en esto de ser padre o madre, siendo que es una de las empresas más relevantes en las cuales nos hemos comprometido voluntariamente. Si hemos optado por ser padre o madre, también debemos asumir la responsabilidad formativa que esto implica para acompañar a nuestros hijos en su desarrollo personal. ¿Qué tiempo le damos a la reunión de alta gerencia matrimonial para analizar nuestro liderazgo con nuestros hijos? ¿Qué tiempo de estudio nos damos para conocer y acompañar de mejor forma a tal o cual hijo?

Es mucho el tiempo que hoy invertimos en sesiones, seminarios y congresos sobre liderazgo efectivo, pero muy poco de esos aprendizajes lo traspasamos a nivel matrimonial y familiar.

La sociedad hoy más que nunca nos exige “profesionalizar” nuestra tarea como papás y mamás, y esto es tan serio que no podemos dejarlo solo en manos de los establecimientos educacionales, sino en agrupaciones de padres y madres que se acompañen en esta tarea formativa, en forma seria y sistemática.

 

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