El Santuario nació de una Alianza de Amor con María

Dios quiso hacer surgir el Santuario de Schoenstatt mediante la cooperación libre y activa del Padre Fundador y de los jóvenes congregantes; acción que estuvo guiada en todo momento por el plan que Dios mismo, poco a poco, les iba mostrando.

P. Rafael Fernández

 Imagen foto_00000001

El Santuario de Schoenstatt no nació a partir de una intervención milagrosa ni de apariciones, sino según la forma ordinaria del actuar de Dios: a través del actuar normal de sus criaturas, especialmente a través de los hombres que como instrumentos libres se ponen en sus manos. Dios quiso hacer surgir el Santuario de Schoenstatt mediante la cooperación libre y activa del Padre Fundador y de los jóvenes congregantes; acción que estuvo guiada en todo momento por el plan que Dios mismo, poco a poco, les iba mostrando.

El nacimiento del Santuario de Schoenstatt se produce por lo mismo, conscientemente, como fruto de un acto de Alianza entre Dios y los hombres. Es decir, junto con ser fruto de una especialísima iniciativa divina, es también fruto de una intensa cooperación humana. Dios habla primero al P. Kentenich a través de diversas circunstancias y éste lo escucha y responde en la fe.
El P. Kentenich toma parte activa en la decisión, es decir, en el acto mismo que da nacimiento al Santuario. Y esta decisión consiste en sellar una alianza con la Santísima Virgen. El Santuario que se remonta a este origen, sólo subsistirá como tal mientras permanezca la activa cooperación y la fidelidad humana a esa Alianza con Dios que le dio origen, a través de las "contribuciones al Capital de Gracias" ( > 59-122)