El riesgo de entregar el corazón

El problema que se genera con la pérdida de la confianza, hace difícil que se pueda aplicar la novedad que trae el P. Kentenich en la espiritualidad y pastoral de la iglesia. Darle el corazón a alguien que nos dio su corazón como educador nuestro (Cf Acta de Prefundación). Si esa persona estuviera en el cielo o fuera un santo, no habría problema. El problema es cuando se trata de una persona de carne y hueso.

Lunes 25 de marzo de 2019 | P. Rafael Fernández
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26/03/2019 - 19:25:28  
El padre José Kentenich, siervo de Dios, desde 1975 oficialmente en proceso de ser reconocido por la Iglesia como santo,desde que falleció el 15 de septiembre de 1968, sólo era para la Iglesia el fundador de Schoenstatt; un sacerdote cuya misión en vida fue fuertemente cuestionada, tanto por la Iglesia como por sus contemporáneos.Aquellos que a pesar de todo permanecieron fieles a su persona y a su pedagogía, fueron los que comprendieron que el mensaje de Schoenstatt no es en primer lugar jurídico,sino vital;un intercambio de corazones,en entrega filial a quien se entregó a ellos,con simplicidad de niño,como un instrumento de la paternidad del buen Padre Dios El 20 de enero, al decidir nuestro padre y fundador incorporarse a la entrega de Cristo por su Iglesia,ofreciendo su libertad exterior por la libertad interior de los hijos de Schoenstatt,él quiso entregar a la Iglesia el núcleo de la misión del 31 de mayo, nuestro organismo de vinculaciones: un sólo corazón en el Padre.

Maria Isabel Herreros Herrera
Viña del Mar, Chile
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